viernes, 11 de enero de 2008

Grandes frases de...amor I

Aquí una pequeña selección de frases:


Brendan miró a Victoria de Inglaterra y en un instante trazó un plan para el resto de su vida. Ella iba a necesitarlo cada vez más ahora…, y Enrique lo necesitaría cada vez menos. La amaría, y ella no llegaría a saberlo jamás. Y así siempre, veinte o treinta inviernos sin un beso, una caricia, una mirada de consideración. Pero este amor suyo sería cien, no…, mil veces más de lo que él merecía.” Martin Amis. Perro callejero.


“Todo el mundo tiene una pena de amor que dormita en el fondo de sí mismo. Todo corazón que no está roto no es un corazón.” Frédéric Beigbeder. 13’99 Euros.


“Ahora bien: desde los tiempos en que la vida del hombre transcurría en el verano perpetuo del Edén hasta los actuales en que transcurre en un invierno casi perpetuo dentro de las latitudes del pecado original, la vida del hombre ha seguido casi invariablemente un rumbo, el rumbo de Charles Darnay, el del amor a una mujer.” Charles Dickens. Historia de dos ciudades.


“Cuando la vida no concede a una persona aquello que le habría hecho feliz, puede servir de consuelo pensar que se hubiera podido tener.” Sören Kierkegaard. Temor y temblor.


“En la cabeza de Irena el alcohol desempeña un doble papel: libera su fantasía, alienta su audacia, la vuelve sensual y, al tiempo, vela su memoria. Salvajemente, lascivamente, hace el amor mientras la cortina del olvido envuelve sus lubricidades en una noche que lo borra todo. Como un poeta que escribiera su mayor poema con una tinta que, al acto, desapareciera”. Milan Kundera. La Ignorancia.

“A decir verdad, en aquella época a mí me importaba muy poco el paisaje. Pensaba en mí, pensaba en la hermosa mujer que caminaba a mi lado, pensaba en ella y en mí, y luego volvía a pensar en mí. Estaba en una edad en que, mirara lo que mirase, sintiera lo que sintiese, pensara lo que pensase, al final, como un bumerán, todo volvía al mismo punto de partida: yo.” Haruki Murakami. Tokio Blues.


Grenouille se asustó. "¿Y si esta fragancia que voy a poseer...-se dijo-desaparece? No es como en el recuerdo, donde todos los perfumes son imperecederos. El perfume real se desvanece en el mundo; es volátil. y cuando se gaste, desaparecerá el manantial de donde lo he capturado y yo estaré desnudo como antes y tendré que conformarme con mis sucedáneos. ¡No, será peor que antes! Porque ahora entretanto habré conocido y poseído mi propia fragancia y jamás podré olvidarla, ya que jamás olvido un aroma, y durante toda la vida me consumirá su recuerdo como me consume ahora, en este mismo momento, la idea de que llegaré a poseerlo...¿Para qué lo necesito, entonces?" Patrick Süskind. El perfume

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