Por ello me gusta pensar en la literatura de Palahniuk, como una literatura de la respuesta y de la negación. De la respuesta a un Statu Quo y una negación a la legitimidad de éste.
Así que a modo de iniciación he resumido y comentado muy escuetamente todos los libros que, hasta ahora, he leído del Palahniuk.

Club de lucha representa una visión global, y posiblemente algo exagerada, del momento que nos ha tocado vivir. Entre sus páginas encontramos el boceto del espíritu de nuestra época, algo desdibujado, eso sí, por la tendencia de Palahniuk a llevarlo todo al extremo, de buscar ese limite entre lo posible y la más pura fantasía. Y ese es posiblemente el mayor problema de sus obras, es decir, acostumbra tanto al lector a sentirse impresionado que cuando intenta dar una vuelta de tuerca más, el lector se queda como si nada hubiera pasado.
Suele pasarme que las primera páginas de Palahniuk me parezcan increíbles pero que a partir de esa sorpresa inicial el libro se vaya diluyendo lentamente entre más sexo, mierda, insultos y violencia. De todas formas, todos y cada uno de los libros de Palahniuk que he leído hasta la fecha tienen un final a la altura del principio. Y Club de lucha es, seguramente, el mejor final de todos ellos.
Valoración: 8/10

Este libro nos habla del sufrimiento de aquellos que se sienten siempre observados, de aquellas personas que están siempre en tensión, procurando tener el peinado perfecto, el bronceado perfecto y el conjunto perfecto, de aquellas personas preocupadas por el "qué dirán".
Pero por encima de todo, Monstruos invisibles nos habla de la caída de la dictadura de la belleza, de la libertad que comporta ser uno más, un feo entre feos, la libertad de no sentirte observado a cada momento.
Y eso es lo que le sucede a nuestra protagonista, Shannon es atractiva, tiene fama, novio, trabajo...pero toda su vida desaparece en el momento en que sufre un accidente que le desfigura la cara, en ese momento, pasa a ser un monstruo invisible, ya no es atractiva, nadie se fija en ella, su novio la deja y no le salen más trabajos. En esta terrible situación Shannon conoce a Brandy Alexander, aunque "conocer" no sea la palabra correcta. Brandy le presenta un nuevo futuro, un camino de esperanza y después de secuestrar a su ex-novio, los tres (Shannon, Brandy y Seth) inician un loco viaje que les llevará al lugar en el cual todo empezó.
Monstruos invisibles es una pequeña muestra de todo lo que luego llegará a ser Asfixia. Personalmente lo que más me ha gustado de esta novela es la compleja figura de Brandy Alexander, un travesti de manos grandes (no estoy destripando nada que no se diga al inicio de la novela) con un gran secreto y no precisamente eso.

Asfixia es el retrato de lo más patético de nuestra sociedad, de esos personajes desheredados por todos, pero que existen aunque no queramos verlos. Palahniuk nos habla de personas incompletas, que viven vidas incompletas esperando la muerte completa. De personas que esperaban llegar a ser algo si trabajaban y se esforzaban lo suficiente. De personas que han dejado de ser estúpidas y ya no esperan nada.
Asfixia es otra muestra más de la "genialidad" de Palahniuk. Posiblemente no sea un gran novelista, tampoco es un poeta. Pero es claro y directo. Impacta y sorprende. Y eso es casi lo mejor que se puede decir de un escritor de hoy en día.
Valoración: 9/10
El otro personaje, y para mí, el verdadero protagonista, es Helen Hoover, una dedicada a la especulación inmobiliaria de viviendas en las cuales ha sucedido algún fenómeno paranormal. Helen también fue víctima de una perdida familiar en extrañas condiciones.
Nana fue, para mí, el descubrimiento de este tipo de literatura valiente, ácida e incluso, por momentos, desagradable, que te engancha porque te habla directamente sin los subterfugios típicos del escritor contemporáneo y sin la necesidad de tener que ser exageradamente bella o lírica para captar y mantener tu interés. Por eso me gusta leer a Palahniuk, porque siento que lo tengo justo delante contándome sus historias cara a cara y sólo para mí.
Valoración: 8/10

Recuerdo que al leer Diario; una novela tuve la sensación de no estar enterándome de casi nada, sucedían cosas, yo leía que sucedían cosas, pero no entendía qué cosas, ni cómo, ni porqué sucedían. En esta novela encontramos todos los clichés de Palahniuk, pero sin llegar al nivel de Asfixia o Club de lucha. Sin duda Diario se queda a medio camino. Misty tiene trabajo, una mierda de trabajo, pero algo ya es, tiene familia y tiene un pasado. Los personajes secundarios son más secundarios que nunca, excepto Tabitha, la hija de Misty, lo que le resta un poco de profundidad a la trama de la novela ya que ésta se centra excesivamente en lo que le sucede a Misty, pero lo que a ella le sucede no es nada realmente digno de mención, sólo llegado al final de la novela uno se da cuenta de que todo tiene un sentido, algo pillado con pinzas, pero un sentido al fin y al cabo.
Diario es una novela que pretende ser una reflexión sobre la creación artística y la frustración del artista que se siente incapaz de crear algo realmente bueno, ya que todas sus obras son mediocridades que no sobresalen dentro de un mundo lleno de más mediocridades.


A través de las confesiones de sus amigos, familiares y conocidos más íntimos, Palahniuk nos esboza el retrato de Rant. ¿Y quién es Rant? Nadie lo sabe a ciencia cierta, si algo queda claro tras leer la novela, es que nadie conoce del todo a Rant. ¿Es un asesino? ¿un sociópata? ¿un drogadicto? ¿un adicto al sexo? Un poco de todo y nada en particular.
Rant es la biografía del susodicho Rant, desde su nacimiento hasta su muerte, narrada por su madre, su amante, sus compañeros de choquejuergas o su mejor amigo de la infancia, entre otros.
Lo único claro que queda al finalizar el libro es que a Rant sólo lo conoce el propio Rant, ya que su personalidad se desgaja en varios personajes y en diferentes tiempos. Y al final no sabes si Rant es aquel que dicen sus conocidos que es, si Rant está muerto o ni siquiera si Rant ha existido en algún momento.
Rant es la novela más compleja y lograda de Chuck Palahniuk, desde su estructura hasta su narración Rant destila talento a raudales. No llega a la brillantez de Asfixia, ni al nivel de impacto de Club de lucha, pero no hay que olvidar que ésta ya es la octava novela del autor y que todos los lectores ya estamos más que inmunizados a sus ataques contra nuestra sensibilidad.
Valoración: 7/10